Llueve,
la primavera se dedica a jugar con la
lluvia y desparrama su belleza embriagante. Las gotitas se
deslizan juguetonas, despreocupadas, por el cristal de las ventanas. A ellas no
les importa nada, ellas viven en la lluvia.
Los
pájaros no vuelan. No los veo. Dime, ¿Dónde van cuando llueve? ¿No lo sabes?
nadie lo sabe. Ven, en esta tarde en que la alegría también se ha
escondido..
Caminemos bajo la lluvia y entremos en el primer café que veamos. Mira aquel, sí, aquel, el que está arriba, subiendo esa escalerita, el que tiene los parasoles y los geranios rojos y morados. ¿Sientes el aroma a café? ¡es tan intenso! Vamos, y como nadie nos ve pediremos unas dulzuras de chocolate.
Caminemos bajo la lluvia y entremos en el primer café que veamos. Mira aquel, sí, aquel, el que está arriba, subiendo esa escalerita, el que tiene los parasoles y los geranios rojos y morados. ¿Sientes el aroma a café? ¡es tan intenso! Vamos, y como nadie nos ve pediremos unas dulzuras de chocolate.
Y
así, con el café y el chocolate compartiremos algunos secretos que tenemos
guardados.
Tal
vez no me los cuentes todos, y yo tampoco.
Somos amigos y los amigos no necesitan hablar tanto para comprenderse el uno al otro.
Somos amigos y los amigos no necesitan hablar tanto para comprenderse el uno al otro.
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