viernes, 30 de marzo de 2018

Lluvia en la tarde


Llueve, la primavera se dedica  a jugar con la lluvia y desparrama su belleza embriagante. Las gotitas se deslizan juguetonas, despreocupadas, por el cristal de las ventanas. A ellas no les importa nada, ellas viven en la lluvia.
Los pájaros no vuelan. No los veo. Dime, ¿Dónde van cuando llueve? ¿No lo sabes? nadie lo sabe. Ven, en esta tarde en que la alegría también se ha escondido.. 
Caminemos bajo la lluvia y entremos en el primer café que veamos. Mira aquel, sí, aquel, el que está arriba, subiendo esa escalerita, el que tiene los parasoles y los geranios rojos y morados. ¿Sientes el  aroma a café? ¡es tan intenso! Vamos, y como nadie nos ve pediremos unas dulzuras de chocolate.
Y así, con el café y el chocolate compartiremos algunos secretos que tenemos guardados.
Tal vez no me los cuentes todos, y yo tampoco.
Somos amigos y los amigos no necesitan hablar tanto para comprenderse el uno al otro.






viernes, 23 de marzo de 2018

Primavera Esquiva

La primavera se adivina detrás de las ventanas pero no ha querido entrar en esta casa. Yo lo había preparado todo para ella. Había guardado en el desván las cosas del invierno, las mantas, los abrigos. Había puesto visillos alegres de lino ligero para que la brisa fresca y leve de la tarde los agitara, entrara la tibieza del sol y pudiera acariciar toda la estancia. Había elegido un ramillete de flores perfumadas y las había puesto para adornar la mesa. Pero el sol ni lo ha notado. No ha tocado siquiera el alféizar. Ni el aire se ha atrevido a rozar esas telas quietas, que se han quedado como una novia aguardando a su amor.
Me he retirado entonces a mi alcoba, que es la habitación más fresca y oculta. Y allí, inmóvil en el centro de una penumbra tenue, mis ojos fijos en la pared blanca, he sentido dentro de mí que la ilusión se esfumaba.  Por la ventana entraban solo unos hilos de la luz dorada del final de la tarde, cuando el sol parecía  desangrarse.
 A lo lejos, una casita pequeña dejaba escapar de su chimenea unas finas volutas de humo gris que se mezclaban con el color incierto del cielo a esa hora.
Presentía que más allá de aquel sitio, alguien venía hacia mi casa. Aparecía y desaparecía entre los árboles, las flores del bosque y el canto de los pájaros. El tiempo transcurrió perezoso, sin prisa alguna. Se estiraron las horas y los minutos en la espera inútil.
La noche tibia se fue cerrando poco a poco hasta borrar el día. Afuera, la primavera derramaba su aroma dulce entre los callados almendros en flor.  He dejado, por si acaso, como al descuido, la puerta entreabierta..



 Relato publicado en el libro "Cuentos de las Estaciones" - Cuento de Primavera.


lunes, 19 de marzo de 2018

La Primavera

He descubierto a la primavera colgando hojitas verdes en las ramas de los árboles. Iba desparramando sobre la hierba unas cuantas florecillas multicolores. El cielo plomizo amenazando nevar y el viento frío disiparon la tímida esperanza que ella se quede. Escapó presurosa prometiendo volver pronto.. si es que el invierno renuncia, claro..








domingo, 18 de marzo de 2018

Poetas

Querría que vinieras a mi casa una noche de invierno y que, abrazados tras los cristales, mientras miramos la soledad de las calles vacías y heladas, recordásemos los inviernos de los cuentos, donde vivimos juntos sin saberlo.
Dino Buzzati (Escritor y periodista - Italia)






sábado, 17 de marzo de 2018

Azul mar..


El Mágico Cuaderno de Viaje

Nos hacía ilusión planear el viaje. Mi padre extendía el mapa sobre el suelo del salón para trazar la ruta a seguir. En un cuaderno apuntábamos qué llevar en la maleta, las fotografías que haríamos, las comidas, el hotel y comprar algunos regalos para la familia. Habíamos visitado América del Sur y una pequeña parte del continente europeo, fue entonces cuando papá dijo que no podíamos viajar más. Me dio algunas excusas. Ya no llegaban a casa aquellos magníficos fascículos y mapas de viajes..


martes, 6 de marzo de 2018

Breviarios Poéticos

El poeta que empuña la poesía
sabe que los mejores versos
siempre los carga el diablo.

       Esteban Martínez Serra. ( Figueres 1962)




domingo, 4 de marzo de 2018

Fin de Juego

Aquella estantería de madera lustrosa era su orgullo, tan ordenada y perfecta
Cogía el libro, leía un capítulo y volvía a ponerlo en su lugar. 
Cada día lo hallaba en otro estante. Lo buscaba ansioso hasta encontrarlo. 
Le apasionaba el juego cómplice que se había creado entre los dos. 
Cuando agotado abandonó la búsqueda, vio aquel papel escrito con
tinta roja que decía: ”Soy un libro perdido”


Microrrelato finalista del concurso LIBRIPEDIA








En las sombras


Me gustaba observarlo por las noches, cuando los niños ya dormían y las sombras lo cubrían todo. Me acomodaba en mi ventana protegida por la oscuridad. Él iba con el torso desnudo, al llegar se quitaba la camisa, se pasaba la mano por el pelo, me encantaba ese gesto tan suyo que repetía a menudo.
Esperaba hasta que se duchara, solo para verlo regresar con la toalla anudada en la cintura y el pelo mojado que le caía sobre la frente.
Una vez más escondida en la oscuridad, que es mi cómplice…Pero ésta será una noche distinta...

 Microrrelato seleccionado para integrar la Antología "Sensaciones y Sentidos" de Diversidad Literaria.




viernes, 2 de marzo de 2018

Sentencia


La noche negra, como boca de lobo. La lluvia es una cortina fría y persistente. Subo por la calle estrecha, solitaria. Camino de prisa, resbala el agua cuesta abajo, el viento pretende quitarme el paraguas, resisto como puedo.  Volteo, la niebla opaca mi visión, alcanzo a ver la sombra borrosa y desdibujada de una niña. Camina a unos cuantos pasos detrás de mí, su cuerpo enjuto y desgarbado tiene un halo fantasmal.
Se adelanta y me acaricia invisible, como un suave aleteo de mariposas. No opongo resistencia, su aroma dulce engaña mi razón. Me aguarda al final de la escalera, me observa y sonríe maliciosa. Sus ojos son dulces e inquietantes, sus pequeñas manos esconden uñas afiladas.
Se cuelga de la barandilla insolente y suicida. Me atrae hacia ella. Ya no siento frío, aunque ha comenzado a nevar. Abajo, el mar revuelve y brama su trágica belleza. No hay escapatoria.


Relato publicado en "Esta noche te cuento"