Cuando éramos
niños el mundo era inmenso, la luna un misterio, el campo infinito, los árboles
gigantes.
Cuando éramos niños miles de preguntas revoloteaban en nuestra
cabecita buscando respuesta..
Cuando éramos niños todo lo teníamos con una gran imaginación.
Jugábamos en la vereda y en la calle después de "tomar la
leche” cita obligada; nada había que temer, con la sola promesa de regresar
antes que se oculte el sol ...
Cuando éramos niños no había video juegos, ni cable, ni tele en
color, ni teléfonos celulares, solo teníamos muchos amigos, nuestros padres a
veces no sabían donde estábamos y no pasaba nada.
Cuando éramos niños comíamos dulce a voluntad, pan con mantequilla y
hasta compartíamos cualquier bebida con azúcar que se compraba en el quiosco de
la esquina y nadie se moría.
íbamos a pie o en bici a la casa de los amigos, entrábamos sin
llamar. Bebíamos agua del caño de la fuente de la plaza ..
El helado más delicioso, era el que hacía tu mamá.
Cuando éramos niños ser feliz era más fácil, la soledad no era
un temor, la maldad no existía y la
tristeza se iba tan rápido ¡tan rápido!!
En la escuela había malos y buenos estudiantes, unos pasaban y
otros repetían, no nos llevaban al psicólogo y no se hablaba de falta de
concentración y niños hiperactivos, a lo sumo éramos muy inquietos y
revoltosos.
Teníamos libertad, fracasos, éxitos y también deberes.
Cuando éramos niños, no éramos ni mejores, ni peores, solo éramos
niños ..
Cada uno de nosotros lleva a ese pequeño muy hondo en el
corazón.
Si eres capaz de inventar, reírte, llorar, sorprenderte, como lo
hacíamos; tu niño está ahí, intacto y listo para devolverte la
magia.