viernes, 28 de abril de 2017

SIN UN ADIÓS.

Me despido de ti,
sin despedirme,
para quedarme en tu mirada.
Como agua cristalina,
se escurre el tiempo
entre mis manos,
quiero atraparte,
para siempre en el abrazo,
en el momento en que dices
que me quieres,
caen lágrimas,
son perlas de rocío,
tu ausencia,
es la ausencia anticipada.
Me voy, y me llevo
tu cariño, tus promesas,
y las mías.
En un rinconcito
de mi alma se acurruca,
esa única imagen en un sueño,
y se funde con lo dulce
y lo amargo de lo eterno.





lunes, 24 de abril de 2017

El Libro.

Entré en el café y me senté junto a la ventana. En una mesa cercana un hombre leía abstraído. De pronto se levantó, comenzó a recoger sus cosas y se marchó.
El libro de tapas verdes quedó sobre la mesa, solo, desprotegido, huérfano. 
Esperé unos minutos interminables, tal vez volviese por él. 
Parecía que nadie reparaba en el libro. Seguro a ninguno le importaba que estuviera allí. Me sentía como atado a mi silla, como si ella me impidiera levantarme. Por fin me animé y al descuido, sin mirar a nadie, lo tomé con suavidad, como quien acaricia a un niño.
Él se dejó abrazar. Salí del bar, caminando de prisa, cuando había andado tres calles, 
me detuve y miré su portada.
En letras de color naranja, se leía: Ladrones de Libros.