domingo, 30 de julio de 2017

DESOLACIÓN.

Deambula en la noche, 
en busca de la nada,
la tristeza y el olvido
 arrastran su pobre alma,
hay ojos al acecho 
sonriendo la tragedia,
quisiera curar tu enfermedad, 
pero no puedo,
ya no conseguimos alcohol,
todos los bares están cerrados..


La Burocracia . (Eduardo Galeano)


Sixto Martínez cumplió el servicio militar en un cuartel de Sevilla.
    En medio del patio de ese cuartel, había un banquito. Junto al banquito, un soldado hacía guardia. Nadie sabía por qué se hacía la guardia del banquito. La guardia se hacía porque se hacía, noche y día, todas las noches, todos los días, y de generación en generación los oficiales transmitían la orden y los soldados la obedecían. Nadie nunca dudó, nadie nunca preguntó. Si así se hacía, y siempre se había hecho, por algo sería.
    Y así siguió siendo hasta que alguien, no sé qué general o coronel, quiso conocer la orden original. Hubo que revolver a fondo los archivos. Y después de mucho hurgar, se supo. Hacía treinta y un años, dos meses y cuatro días, un oficial había mandado montar guardia junto al banquito, que estaba recién pintado, para que a nadie se le ocurriera sentarse sobre la pintura fresca.

El libro de los abrazos