sábado, 2 de julio de 2016

Palomas Negras.

A veces, en el atardecer unas cuantas palomas negras 

se posan  en el  filo de mis ilusiones.

Se quedan ahí, mirándome, esperando, no sé qué cosa.

Trato de no hacerles caso, pero no se van.

Sobrevuelan  muy cerca, casi rozándome, indiscretas, entrometidas y cansinas.

Cuando las sombras se hacen con la noche, antes que encuentren un lugar

donde anidar, rebusco  en los cajones del amor y de la esperanza, y me abrigo

con  los besos y los abrazos perfumados de alegría, repletos de cariño.

En ese momento las veo  levantar el vuelo en bandada, quizás al encuentro de otra víctima.

Las veo marcharse, y siento alivio.

Aunque tengo, casi la certeza, que en algún momento regresarán..


Texto: Mirta Calabrese.



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