Temblabas cual tímida estrella,
en la noche embriagada de jazmines
La tentación, sin espera, ni palabras,
los sonidos de la pasión en tu pecho.
Gotitas de luna jugaban con tu pelo
ella, cómplice nos espiaba celosa.
La hierba nos prestó el lecho anhelado
y tan solo abrigados con poesías,
nos descubrió un amanecer inesperado.
Escapamos en un carruaje de sueños,
teñido de versos, perfumado de azahares.
Texto: Mirta Calabrese.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por dedicar tu tiempo!