Se conocieron un verano en París. Alice viajaba sola por trabajo y Daniel en una de sus habituales escapadas, aventurero y bohemio, sin arraigo en ningún sitio, con casi nada en los bolsillos. Se encontraron en una patisserie y con el delicioso olor a pan recién hecho de por medio se reconocieron en un mismo idioma. No preguntaron casi nada uno del otro. Y pocos días después en aquel viejo hotelito, donde era mejor no mirar debajo de la cama, se hicieron amantes.
¡Ella está tan bonita y elegante esta noche! con el sencillo vestido de algodón que lleva. Él impecable, con una camisa blanca. Solo unas velitas a medio consumir iluminan la estancia, la luna que esta noche derrocha su luz sobre el mar se hace cómplice de la cita.
Desde la pequeña cocina invaden la terraza una mezcla de deliciosos aromas. En el centro de la mesa luce como un trofeo una sopera antigua, un regalo heredado. El fino mantel de lino bordado que Alice trajo en su valija le da un toque sofisticado a la pequeña mesa de madera desgastada. Los cubiertos y la vajilla de loza blanca también son herencia que le dejó la abuela a Daniel. Ellos se sienten felices y tan a gusto como si estuvieran cenando en el mismo Ritz.
Daniel preparó la crema de puerros con todo mimo. Las verduras finamente cortadas, con el toque dulce que le dan las zanahorias tiernas. Un pan, unos pequeños trozos de queso y unos higos en su almíbar esperan para después en un plato de porcelana.
─¿Recuerdas el frío de las noches de aquel verano en París?─ dice Alice.
─¡Igual que esta noche amor, pero ahora tan lejano!─contesta Daniel.
La terracita está perfumada por las hierbas aromáticas que en unas macetas olvidó un inquilino italiano en el pequeño patio del edificio. No tienen prisa, los sabores exquisitos y una copa del mejor vino blanco que Daniel se ha permitido comprar los hace soñar. Cuando están juntos nada es importante, olvidan todo lo cotidiano. Solo ellos dos, no necesitan nada más.
La música suena muy bajita en la radio. Una brisa fresca hace temblar la luz de las velitas. Ellos se abrazan y se besan ajenos al mañana. Así lo pactaron, sin reproches, sin esperas. Las horas se escapan como agua entre los dedos, la primera luz del amanecer se cuela por la ventana apenas entreabierta y sentencia implacable el final. No quieren pensar, ni saber si en una noche de niebla, en un amanecer cualquiera la despedida será para siempre.
Comparten un último café. Alice acomoda la ropa en su pequeña maleta, mientras desde su móvil titila en azul un insistente mensaje:
"Cariño, ¿llegarás a tiempo? te espero en el aeropuerto, te quiero.."
Comparten un último café. Alice acomoda la ropa en su pequeña maleta, mientras desde su móvil titila en azul un insistente mensaje:
"Cariño, ¿llegarás a tiempo? te espero en el aeropuerto, te quiero.."
Un relato muy bello y muy romántico, salpicado con una sorpresa final que no esperaba. Las historias de amor, por fugaces y infieles que sean, nunca se olvidan.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Josep, por pasar a leer y tu bonito comentario. Un abrazo compañero.
EliminarUna historia llena de referencias sensoriales, Miry, lo que nos transporta con facilidad a los preciosos escenarios que describes. Hay amores que no se pueden evitar, nacen de forma tan natural y necesaria como el respirar y solo se puede hacer una cosa con ellos, disfrutarlos mientras sea posible.
ResponderEliminarEl giro final me ha sorprendido, ha sido la guinda del pastel. ¡Muy buen relato!
Un beso y buen día.
Gracias Julia, siempre tan atenta y generosa. Me alegro que te haya gustado leerlo. Un beso también para ti.
EliminarHola, Miry: Muy bonito tu relato, tan lleno de imágenes bellas. Y con un final insólito; una gota de amargura en el guiño del celular. No se puede explicar todo en esta vida Un saludo.
ResponderEliminarHola Beba, te agradezco tu hermoso comentario y tu tiempo. Un abrazo.
EliminarMiry un precioso y sencillo relato donde el amor puede con todo. El final nos deja una luz de esperanza. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Mamen por tu tiempo y tu comentario. Un abrazo.
EliminarHola Miry, ¡vaya qué sorpresa me he llevado! Tu historia es puro romanticismo, me metí de lleno en ella con esa melodía de la peli "Ghost, más allá del amor", y tanto... un relato muy fluido con ese giro final. Un abrazo compañera.
ResponderEliminarMuchas gracias Emerencia por leer, me alegro que te haya gustado la música. Un fuerte abrazo.
EliminarCuánto romanticismo encierra tu relato. Ese ambiente tan sutil que nos lleva hasta el final triste de la situación, muy sorprendente. Pensar que todo iba de maravillas!
ResponderEliminarUn abrazo y feliz tarde.
Te agradezco mucho Yessy tu visita y tu lectura. Un abrazo.
EliminarGracias, Miry, por participar con este relato en EL TINTERO DE ORO. Un abrazo y suerte!
ResponderEliminarMuchas gracias a ti David. Un abrazo.
EliminarNo todo puede ser perfecto,... aún así la decisión de vivir el momento parece que ha sido asumida.
ResponderEliminarMe ha encantado!
Muchas gracias por tu tiempo y tu comentario. Un abrazo.
EliminarPuede resultar desgarrador en un principio el hecho de cambiar de rumbo e inevitablemente dejar atrás sentimientos tan difíciles de olvidar, pero que por circunstancias del destino, llega un día en que hay que hacer esa elección. ¡Ojalá la protagonista no tenga que lamentarlo nunca!
ResponderEliminarUna propuesta muy atractiva para este concurso, Miry, de modo que te deseo mucha suerte.
Un abrazo.
Muchas gracias Estrella por tu reflexión. Es así, muy cierto lo que dices, una situación difícil de resolver porque se los ve tan a gusto a los dos juntos...Gracias por pasar y tus deseos. Un abrazo.
EliminarUn relato muy tierno, Miry, sobre un amor imposible en el que no hay lugar para las preguntas.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Muchas gracias Bruno por leer y comentar. Un gusto para mí tu visita.
EliminarUn abrazo.
Romántico relato, amiga Miry, con ese giro final que me ha pillado desprevenido, pues en el fondo no quería que se esfumara esa magia del ambiente; pero el relato gana enteros así, sin duda...
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Te deseo mucha suerte en EL TINTERO DE ORO.
Un fuerte abrazo.
Muy agradecida Patxi, querido compañero por tu comentario. A veces no todo es tan perfecto.
EliminarUn fuerte abrazo para ti.
Romántica historia para la que has creado un preciosa ambientación llena de efectos sensoriales: te llega el olor del pan recién hecho, el de las plantas aromáticas, el café... las descripciones visuales te envuelven en esa bonita historia de amor que uno no quiere que se acabe...
ResponderEliminarSolo el final rompe la magia al llevarte a una vida cotidiana.
Una preciosidad de relato.
¡Felicidades, Miry!
Muchas gracias María Pilar, por leer y por tus bellas palabras, aprecio tu opinión. Un abrazo.
EliminarUna historia de amor y de vida... el resto, pues se verá; pues como decía una amiga mía: "la vida son dos días y uno ya pasó"... así que a disfrutar de todo lo que ella nos ofrece!
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Alma, por leer. Así es, una historia de amor que no sabemos cómo continuará. Un abrazo.
EliminarUn relato pleno de romanticismo que se disfruta con todos los sentidos por la abundancia de imágenes muy plásticas y sensoriales, realzadas por la acertada elección de la banda sonora. La frase final rompe la burbuja y nos ofrece un nuevo e interesante enfoque de la historia. Mucha Suerte en El Tintero. Un abrazo, Miry.
ResponderEliminarMuchas gracias Paco por tu comentario tan generoso. Es importante para mí tu opinión. Un abrazo.
EliminarBien escrito, lleno de sensaciones y dulces imágenes.
ResponderEliminarEl giro final sorprende y te saca una sonrisa.
Saludos y suerte
Gracias Paola por leer y tu bonito comentario. Un abrazo.
EliminarUna historia de amor vivida en el presente, el mañana no importa.
ResponderEliminarPrecioso relato Miry muy romántico y cargado de efectos sensoriales que nos llegan facilmente. Después de leer tu texto se respira amor por los cuatro costados.
Un abrazo y suerte en el concurso.
Puri
Muchas gracias querida Puri por tu tiempo. Un beso.
EliminarUn relato romántico y sensorial, dirigido a todos los sentidos con un remate final inesperado. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSuerte en el Tintero, Miry. Ha sido un placer
Conrad te agradezco la lectura. Me alegro que te haya gustado. Gracias.
EliminarMuy revelador final que nos desubica del todo cuando pensábamos se trataba de una pareja perfecta de amantes, y resulta que... ¡Uy,Uy,Uy! Ya he leído dos relatos de infidelidades. Este, por cierto, muy romántico.
ResponderEliminarAbrazo y suerte.
Gracias Francisco por leer. Ay sí, como decimos nada es tan perfecto como debería.. Un abrazo para ti.
ResponderEliminarUn relato que pone de manifiesto la belleza de lo efímero, escrito con bellas palabras y con un giro final que nos descoloca. Te deseo mucha suerte en el Tintero, Miry, un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Jorge, por leer y comentar.
EliminarOtro abrazo para ti.
¡Hola Miry! Estoy de acuerdo con los compañeros, un relato romántico ambientado en el París bohemio.
ResponderEliminarEl relato es tan bonito que quizás, Miry, convendría quitar un par de diminutivos, ya tiene bastante carga dulcemente tierna.
El giro final deja abierta la puerta a múltiples interpretaciones.
Un cálido abrazo Miry.