El hotel tiene
unas preciosas vistas que hacen volar su imaginación mientras ordena y limpia las
habitaciones. A veces se queda en esa visión más de la cuenta.
Abajo, alguien desde la calle la saluda agitando
la mano y le sonríe.
Deja de limpiar y tímida apenas levanta la mano.
“¡Adiós muchacha, parece que en este sitio la belleza está por todas partes!”
“¡Adiós muchacha, parece que en este sitio la belleza está por todas partes!”
Recoge la
preciosa alfombra, envuelve su joven cuerpo con ella.
El espejo le devuelve la imagen de una sirena
que solo añora el mar.
Gira y gira como una bailarina, tira el trapo al aire y se ríe...
Gira y gira como una bailarina, tira el trapo al aire y se ríe...
Golpean a la
puerta.
-¿Celine, has
acabado ya?
- Sí, sí ya
voy..
Se mira en el
espejo y con un mohín nervioso dice:
“¡Adiós triste
sirena, mañana volveré!”
Ay Celine!!! Una cenicienta que sueña como todas las cenicientas.
ResponderEliminar¡Qué bonito y sencillo tu relato Mirna!
Gracias Isabel, siempre me sorprendes, te agradezco tu tiempo. Besos.
EliminarQué hermoso, Miry, casi una escena en la que caben todos los sentimientos que atesora Celine. Creo que también escribimos para soñar y este breve relato se parece mucho a eso.
ResponderEliminarAriel
Hola querido amigo y compañero, gracias por tu visita. Siempre aprecio un comentario tuyo. El mar es el protagonista en este verano cálido que tenemos.. Un abrazo.
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