martes, 1 de diciembre de 2020

"Nacer para aprender" Poemas de Begoña Abad.

 Ahora que sé que los reyes son los padres

y que los padres no siempre son un refugio seguro.

Que en realidad los reyes no existen

y los que existen saquean en nombre de la ley.

Ahora que he agotado el asombro

ante los periódicos que también mienten

y los jueces que se cobran venganzas, con la toga al cuello.

Ahora que parezco más aislada que nunca del tiempo real

y que no sé manejarme en el virtual,

aquí me tienes, delante del papel,

escribiéndote a ti que también buscas

 instrucciones de uso de otro mundo posible

y el ancla segura de un poema.


                            *******

EQUILIBRIO

El mundo se inclina peligrosamente

hacia su lado peor, me temo.

Tendré que poner mi mundo

justo al lado contrario, para equilibrar.

Y no me vale lo de que yo no peso lo suficiente,

cada uno de los insuficientemente pesados

pueden sumarse

y si de algo estoy convencida

es de que somos muchos más.


domingo, 18 de octubre de 2020

Susurro del viento entre los álamos

 El pueblo es más triste en invierno. Hace frío, mucho frío, un frío letal que atraviesa el alma. En las noches largas hay mucho tiempo para pensar, más pensar que dormir. 

Los árboles han quedado desnudos, la enredadera que cubría el tapial, tan bonita, que no cesaba de regalar sus flores, no es más que unas cuantas zarzas secas y marrones. En las calles de tierra el  barro se vuelve pegajoso cuando llueve, las huellas de los pocos carruajes que pasan las dejan poco menos que intransitables, llenas de agujeros que hay que saber sortear. 
El alcalde ha dicho que no hay dinero para el asfalto. Que tal vez el año próximo, si todo va bien.
Los resignados vecinos de esta zona olvidada no le creen. Lo miran callados pasear por el centro con su coche nuevo y lustroso.

 Juan y Santiago son hermanos. Santiago vive a una calle girando a la derecha de la casa de su hermano. El mayor y el más joven de los once hijos que tuvo la madre, en su humilde rancho, "en el medio del campo" como dicen los paisanos, y sin un médico que la asista. 
Juan, el hermano mayor, está casado con Catalina, tienen tres hijos, que ya han volado como golondrinas a la capital en busca del verano. Santiago en cambio está solo, muy solo, si no fuera por su hermano tantas veces no probaría bocado. Él también en un tiempo tuvo una familia, pero la vida ha sido muy dura para este hombre de mirada profunda y melancólica.

En las noticias de la radio, que Juan escucha al levantarse mientras toma una taza de café han dicho que vendrá tormenta mala, que se aconseja tomar precauciones.
Él con su mujer se han puesto a la tarea de acondicionar las jaulas de las gallinas y los patos, reforzar las ventanas y acopiar algunos alimentos. Juan no solo tiene que preocuparse por lo suyo, piensa en Santiago. Ha ido hasta su casa para avisarle que cierre muy bien puertas y ventanas. 
Ya comienza, de a poco como un susurro entre los álamos a soplar el viento, arisco y frío.

—Anuncian vientos huracanados y lluvia, cierra muy bien todo Santiago.

— Es tan largo y frío este invierno, que no sé si este año vendrá la primavera.—comenta Santiago, con un dejo de angustia en su voz. 

—¡Hasta mañana, cuídate hermano, ehh!

Juan le ha llevado un tazón de sopa, para que se caliente el cuerpo, algo de tocino, unos huevos y una galleta para que pueda aguantar hasta que pase la tormenta. El cielo encapotado empieza a rugir, la lluvia se escucha como un tropel de caballos sobre el techo de chapas de la casa y el viento silba en el alero y se lleva por delante todo lo que encuentra suelto.

Se hace larga la noche en la incertidumbre de lo que pueda pasar.  Golpea con fuerza la lluvia y corre el agua por donde encuentra una grieta, se cansa el cielo de enceguecer la oscuridad en incesantes relámpagos.
Apenas aclara, Juan que solo pudo dormitar un poco se calza sus botas de goma, se cubre con un viejo impermeable y sale chapoteando barro y esquivando las ramas de los árboles que cayeron.  

En  la casa de su hermano, todo está cerrado y a oscuras. Golpea varias veces la puerta y nadie responde, va entonces a la parte de atrás, una de las ventanas está abierta de par en par. Sin pérdida de tiempo salta y una vez dentro de la casa, corre llamando a gritos a su hermano.

—¿Santiago, dónde estás hermano? ¡Contesta por favor!!

En la puerta de la habitación queda paralizado, la escena que ve le rompe el corazón. Le cuesta llegar hasta donde se encuentra Santiago, sus piernas se aflojan, no le responden.

Llora Juan como un niño, tapándose con las manos el rostro, se inclina y abraza a su hermano que yace en la cama inmóvil, con uno de los travesaños del techo en medio del pecho.
Maldice en su desesperación a la tormenta, al viento, a la lluvia y a la vida de Santiago. Se inclina junto a él, le besa la frente, lo acaricia con ternura.
Retumban aún en sus oídos las palabras de su hermano:

“No sé si este año vendrá la primavera.."



sábado, 17 de octubre de 2020

La hora de la siesta

 La hora de la siesta era mágica, el sol ardía y nuestra imaginación volaba. La vereda y las calles desiertas eran nuestras. Con Lucía, Juan, Manuel y María  teníamos una cita ineludible, nos sentábamos debajo de nuestro árbol a contar historias, luego el periplo seguía hasta los frutales de Don Pedro, "el viejo de los higos", como le decía María.

Nuestra calle era de tierra, ancha, tranquila  y arbolada con paraísos, al comenzar la    primavera se cubrían de flores azules que parecían trocitos de cielo, aún recuerdo ese aroma único. Las casas no tenían tapias, todos nos conocíamos, nuestro pueblo era una extensión del campo con trigales que el aire húmedo de la pampa agitaba como rubias cabelleras, la vista no alcanzaba a divisar el horizonte donde pastaban las vacas curiosas que se acercaban al alambrado cuando pasaba alguien en coche o a caballo. 
En la calle podíamos jugar y andar en bici libres como el viento. Era la hora de las mariposas, las había de todos los colores, jugábamos a quién atrapaba la más rara. 
El sol quemaba más que de costumbre aquel día, pero los higos de almíbar eran nuestra tentación. Lucía apresurada trepó a la higuera, resbaló y se raspó las rodillas, le estábamos regañando cuando Manuel nos hizo señal de callarnos.
 ─¡¡Chissst ...chissss, ahí viene Coco, a escondernos!!
Rápido nos ocultamos. Coco, así le llamaban en el pueblo; era un "linyera",  un vagabundo,  iba en un carro tirado por un caballo flaco, sus bolsas y trastos colgando, una barba espesa le cubría casi todo el rostro. Se tejían muchas historias acerca de él, algunos decían que había sido un gran abogado en sus tiempos y debido a una desgracia familiar acabó así, nosotros le temíamos, tal vez por aquel mandato atávico que nos repetían..."No hables con desconocidos".
Desde nuestro escondite lo observábamos, de pronto, el hombre baja del carro con dificultad, se tambalea, se quita el sombrero y agarra su cabeza con las dos manos con un gesto de dolor.
María grita  ─¡Está borracho, lo ven...uyyyy se va a caer!!-
─¡Te quieres callar!─ dice Manuel.
En ese momento el hombre se desploma, y queda tendido al costado del carro, nos miramos sin saber qué hacer, hasta que Juan grita:
─¡Tenemos que avisar a alguien, no les parece!!
 Mi casa era la que se encontraba más cerca, en un momento estoy allí.
─¡Papá, papá!!-
 ─¿Qué pasa hija?
─¡Coco, el linyera, está tirado en la calle, está muerto!!
 ─Pronto, trae una jarra de agua fresca, voy ahora mismo. 
Los chicos habían salido de su escondite y rodeaban a mi padre mientras él le refrescaba la cara, le daba de beber, el hombre poco a poco iba recuperando el sentido, entre todos le ayudamos a mi padre a sentarlo a la sombra fresca de los árboles. 
─Don, tiene que cuidarse a estas horas de este sol endiablado y beber agua. Dice mi padre.

El otoño ha pincelado los árboles de ocres, una rosa tardía perfuma el jardín, un carro con un caballo flaco se acerca, vamos a su encuentro. Coco nos saluda agitando la mano, con su sonrisa triste y su mirada agradecida. Le devolvemos el saludo y corremos entre risas detrás de su carro, ya no le tememos. Cada vez que Coco viene por nuestra calle le ayudamos con ropa, alimentos, lo que cada uno puede, una manera de demostrarle nuestro afecto. Nos ha  enseñado una lección para toda la vida.

                                                                   *******
 Cuando vuelvo a mi pueblo busco aquel tiempo sin tiempo, esa infancia de juegos simples, de inocencia. Al cerrar los ojos creo escuchar nuestras risas frescas y sentir el aroma dulce de los paraísos... las mariposas ya no están.






 


domingo, 4 de octubre de 2020

"Canción de las simples cosas"


 La voz y el sentimiento de Mercedes Sosa. "Canción de las simples cosas"
Autores: Armando Tejada Gómez - César Isella.

Un día descubres que las cosas simples de la vida no son tan simples...

viernes, 25 de septiembre de 2020

La tarta de limón.

 

Estaba a punto de comenzar el verano, vivíamos pensando en esos días en que iríamos al mar. El primer mes era solo imaginar, si este año haría frío, si el viento soplaría muy fuerte por la tarde como era su santa costumbre, si llovería.

Y por fin allí estábamos, ansiosos, con esa alegría nueva de la juventud.

¡Qué frío hacía por la mañana! El mar bravo y hermoso, para mí era la  primera vez que lo veía en toda su inmensa belleza, pero aun así el temor no me impidió darme el primer baño, supe desde ese instante que esa sensación, el disfrutar del mar me acompañaría para siempre a lo largo de mi vida.

Una tarde me preguntaste si me gustaba la tarta de limón, nunca la había probado. Caminamos bordeando el bosque de pinos para resguardarnos del intenso frío del atardecer de febrero hasta llegar a una casa como la que había visto solo en los cuentos. Un alemán robusto, con el rostro enrojecido y el cabello recogido y vestido con un delantal níveo iba y venía por la pastelería muy atareado. Nos recibió un delicioso aroma a vainilla y a canela que se escapaba de la cocina, los frutos rojos lucían en las tartas en su esplendor, todas las dulzuras eran una tentación, aunque la de limón  destacaba por su pureza y frescura, quise probarla.

Cada día hacíamos el camino hasta la casa de Hans como un ritual, para tomar el té y saborear aquella delicia mirando desde la ventana como el sol en el atardecer se ocultaba en el mar.

Ella, pequeña y traviesa corre apresurada, entra en la pastelería y apoya su carita en el cristal de la vitrina donde están los postres. Es una preciosura verla hundir sus deditos en el merengue hasta llegar a la crema de limón que come poco a poco con una cucharita.

                                                        ********

No hemos regresado a la casa de Hans, ni al mar bravío del sur, la vida nos ha traído hasta otro color de mar, otro cielo nos cobija, pero aquel mar siempre será nuestro.

Tocan a la puerta, es ella, entra con sus prisas de siempre, se detiene en la puerta de la cocina, mira hacia la encimera, entonces me abraza y me besa.

¡Mamá, qué bueno, pastel de limón!!. Sonríe feliz.

 ¡Sabes qué... cada vez te sale más rico!





 

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Plaza San Martín... Buenos Aires.

 

Anoche soñé contigo...

 El sol de noviembre del mediodía porteño se cuela por entre las ramas de los árboles. Camino despacio, sin prisas. 

Una joven madre tirando del carrito del bebé busca el frescor y un rato de sosiego. Más allá una pareja en un banco se prometen amor. Dos muchachos de traje y corbata se han escapado de la oficina y toman un bocadillo, hablan y se ríen vaya a saber de qué.

Me siento en el bordillo del árbol milenario, hace calor, el ruido de la ciudad es un sordo murmullo a lo lejos. Me distraigo mirando a dos pequeños que quieren atrapar una paloma. Una plaza se convierte en un testigo mudo de la vida, uno se va, vuelve, y al verla de nuevo ella sabe quién eres y tú le quisieras decir que nunca la has olvidado, pero no sabes cómo.

Busqué aquel banco, en el que solía leer mientras te esperaba, al levantar la vista creí verte venir hacia mí con tu camisa blanca, tu paso apresurado y tu sonrisa..





 

Devolución

 Vamos a pedirle al tiempo

que regrese,

que nos devuelva,
las horas, los minutos
y los segundos,
que perdimos juntos..







domingo, 23 de agosto de 2020

"Tenemos dos vidas.
 La segunda comienza cuando nos damos cuenta de que solo tenemos una."

Confucio.










sábado, 22 de agosto de 2020

Siesta

La hora de la siesta,
 saltarse las reglas,
nos ardían las piernas del sudor
las ansias superaban lo imposible
jugábamos a todo vale
los sueños absurdos tenían su lugar
un juego, luego otro y otro más
cansarse no existía
 ninguno se quejaba
 atrapábamos mariposas de colores
teníamos sed de agua fresca
nosotros pequeños, el mundo se expandía
nuevo, insólito, a descubrir
no había tiempo de aburrirse,
al atardecer regresábamos al nido
todo estaba bien, en su sitio
la vida era infinita…
o al menos eso creíamos..






viernes, 21 de agosto de 2020

"Y ahora que has crecido para todos,
menos para mí,
¿Cómo podré seguir siendo tu madre?"

Begoña Abad.





martes, 28 de julio de 2020

sábado, 25 de julio de 2020

Mi misión en la vida no es meramente sobrevivir, sino prosperar, y hacerlo con pasión, compasión, humor y estilo.

(Maya Angelou)



Pintura:Vladimir Volegov - Susurro del mar.


Pintura: V


sábado, 4 de julio de 2020

"Ensayo sobre la ceguera"

En el año 1995 el escritor portugués José Saramago publica "Ensayo sobre la ceguera". 
La novela narra una epidemia de ceguera que se extiende por un país sin nombre. Un hombre en la calle en un semáforo en rojo se queda ciego súbitamente, es el primer caso de una enfermedad que se expande fulminante. La esposa de un médico milagrosamente mantiene la vista. Surgen los bajos instintos, el miedo y la condición de ser invisible y no poder ser juzgado se convierte en la coartada perfecta para cometer todo tipo de atrocidades.
José Saramago parece haberse adelantado en su novela a los tiempos que nos toca vivir.
 El escritor nos obliga a parar y a reflexionar sobre una experiencia única, sobre la ética, la solidaridad y los afectos, a cerrar los ojos para poder ver.
La esposa del médico piensa: "No creo que nos hayamos quedado ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos pero viendo, ciegos que pueden ver, pero no ven".
Los ciudadanos de la ciudad decidieron no ver la crueldad que se esconde bajo la superficie en sí mismos y en los demás.
Lo mismo puede decirse de la pandemia de COVID-19, que ha expuesto muchas injusticias y desigualdades arraigadas y también la irresponsabilidad.
Muchos parecen negarse a mirar o ya se están olvidando.
La soledad de la cuarentena, la pérdida de un ser querido, el esfuerzo sobrehumano de los médicos, enfermeros y todos los sanitarios. Las publicaciones en las redes sociales, las fotografías, los escritos, ayudarán a recordar...

Un día, COVID-19 también pasará. ¿Qué quedará?
No podemos permitirnos olvidar.


miércoles, 24 de junio de 2020

martes, 23 de junio de 2020

Coque Malla con su banda y sus "Mujeres"


Una retrospectiva de algunas de las mejores canciones de la discografía de Coque, a dúo con diez artistas femeninas de prestigio. Un audiovisual rodado con exquisito gusto y elegancia donde el cantante reflexiona junto a sus invitadas sobre las relaciones entre hombres y mujeres. 
Aquí acompañado de Anni B. Sweet,
interpretan  "No puedo vivir sin ti". 

Coque Malla y sus "Mujeres"



 Con María Rodés, una dulce canción "Déjate llevar"




En esta hermosa composición comparte con Rebeca Jiménez...

"Siempre junto a ti"

Coque Malla....."Mujeres"




Coque y su banda con la personal interpretación de Vilma, esta preciosa canción "Hace Tiempo".

lunes, 22 de junio de 2020

Alguien sabe...

¿Qué hacemos aquí?
Hacia dónde se desliza nuestra vida,
no encuentro aquello
que tanto echo de menos
Dónde está la libertad
de andar descalzo por la arena.
Dónde está nuestro tiempo detenido,
mientras el reloj
marca las horas implacable.
Qué hago con los abrazos y los besos,
no hay un lugar seguro,
no sé dónde guardarlos.
Alguien sabe dónde
se hacen los reclamos
para que nos devuelvan
lo que nos quitaron,
no encuentro ningún nombre,
quién se hará responsable de que un niño
no podrá saber nunca de su abuelo..


sábado, 13 de junio de 2020

Homenaje



El rock español e hispanoamericano de luto. Pau Donés vocalista, compositor y guitarrista de Jarabe de Palo se adelantó en la partida y se marchó hace pocos días. En homenaje a tu vida hecha de música, una de las más hermosas canciones "El lado oscuro". 
Para todos los amantes del mejor rock.
Siempre te recordaremos, nos queda tu obra, tu voz y tu talento.

lunes, 1 de junio de 2020

Crecer es..

Andar más, con más miedo,
por calles más vacías,
no creer en otros mundos
posibles o imposibles,
hacer daño a los otros sin palabras,
comprar cosas usadas por el placer
extraño de su tacto,
vender cosas,
romper cosas que nunca hemos tenido,
arrojarlas al fuego como quien cambia
la hora
de todos los relojes de la casa
para poder perder un poco el tiempo.
(Rosa Berbel- Sevilla 1997)



miércoles, 27 de mayo de 2020

Tirar del Hilo

Qué raro vuelan los días
hay que tirar del hilo
seguir tirando despacio, suavemente,
el tiempo se amontona, se acumula
dan ganas de incendiar el calendario,
te digo que no, no te equivoques
hay que seguir eligiendo las cerezas
respirando hondo,
que entre el aire sin pedir permiso
jugando a dejar de lado la nostalgia,
la magia de contar estrellas,
la amistad de unos pocos, intocable,
el derecho a réplica no se rinde,
la primavera quiere ser verano
para hundir los pies mojados en la arena,
si eso es posible en este mundo
y quitar el cartelito de prohibido
a besar, abrazar y a las caricias,
no me digas que la luna no brilla por sí sola
déjame disfrutar de sus mentiras
déjame que mañana al despertarme
te pregunte,
si no ha sido por las dudas, solo un sueño.




lunes, 11 de mayo de 2020

domingo, 10 de mayo de 2020

La Luna

Ya nadie mira a la luna,
la luna ya no es de nadie;
ya no la cubren de besos,
ya no la bañan con sangre.

Ni ya le escriben poemas,
ni ya le clavan puñales;
ya no hay tragedias de amores,
ya no hay amor, no hay amantes.

Ya pasa sola la luna,
ya pasa sola, sin nadie;
ya no amontona secretos
ni alumbra sueños, como antes.

¿Adónde fuisteis, poetas,
adónde fuisteis, amantes,
que la dejásteis sin versos,
que sin amor la dejásteis?

Ya no es de nadie, ni es luna,
la luna que ahora nos sale;
porque es un círculo solo,
y solo un círculo errante.

Solo un castillo arrumbado,
solo un recuerdo distante;
solo una historia en un libro,
solo una estatua en un parque.

La luna no será luna
sin corazones que amen;
sin pensamientos que vuelen
y sin poetas que canten.

(Fragmento) Mariano Estrada.






sábado, 2 de mayo de 2020

El Piano


La inolvidable escena de la playa. Un film que cada tanto tiempo queremos volver a ver. 
Una dramática historia de amor, de erotismo y pasiones desatadas con una bellísima música y un piano como protagonista.

martes, 28 de abril de 2020

Canción para la vida en rosa y gris

Encontrarnos a la hora convenida
abrazarnos,
caminar sin prisas, sin importar las horas
un café, la excusa perfecta,
una mesa junto al ventanal,
tus manos apretando las mías, un beso
éramos como niños desobedientes, caprichosos,
la avenida Corrientes después de las doce de la noche
el bullicio a la salida del cine, ninguna amenaza
ninguna tristeza, solo una canción
sonando en aquel piano bar,
la vida colgada de las farolas en la plaza desierta,
el aroma a primavera recién estrenada
como nuestra vida, tan nueva, tan plena.
Cuánto silencio esta noche,¿Dónde están todos?
un azul oscuro se cuela por la ventana,
la calle callada, serena,
esperando los pasos y las risas,
el renacer de la vida aprendida,
de abrazos, de besos, de amores y sueños,
la vida en rosa, la vida en gris.


viernes, 10 de abril de 2020

Destrucción

¿Asustada?
Asustada.
Porque antes creía conocer el miedo.
Y no lo conocía.
¿Herida?
Herida.
Porque antes creía conocer el dolor.
Y no lo conocía.
¿Abatida?
Abatida.
Porque antes creía conocer el abismo.
Y no lo conocía.
¿Aislada?
Aislada.
Porque antes creía conocer el vértigo.
Y no lo conocía.
¿Asfixiada?
Asfixiada.
Porque antes creía conocer el pánico.
Y no lo conocía.
Creía conocer el límite de mi debilidad.
Y no lo conocía.
No tenía ni idea.
Fragmento ( Tulia Guisado - Barcelona 1979)




miércoles, 8 de abril de 2020

Mercedes Sosa



 

El músico y compositor chileno Julio Numhauser es el autor de esta hermosa canción, y Mercedes Sosa con su maravillosa voz la popularizó.
"Todo Cambia"
Pero no cambia mi amor
por más lejos que me encuentre
ni el recuerdo ni el dolor
de mi pueblo y de mi gente
Lo que cambió ayer
tendrá que cambiar mañana
Así como cambio yo
en esta tierra lejana...