Titilabas
cual tímida estrella,
en la noche
embriagada de jazmines
La
tentación, sin espera, ni palabras,
los sonidos
de la pasión en tu pecho.
Gotitas
de luna jugaban con tu pelo
ella,
cómplice nos espiaba celosa.
La
hierba nos prestó el lecho anhelado
y tan solo abrigados con poesías,
nos
sorprendió un amanecer inesperado.
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