Hoy ella tiene la voz más dulce que ayer,
me mira desde sus ojos
verdes, apenas sonríe,
es bella, arrogante,
desconocida,
nada ni nadie parece
perturbarla,
el mar golpea con bravura
revolviendo las olas
en el borde del
acantilado, se
detiene,
un instante, único, irrepetible
su cuerpo frágil se
estremece,
el viento agita su cabello de
seda.
perlas de cristal ruedan por sus mejillas,
mis manos no la
alcanzan, ya no
pueden,
cual gaviota blanca y
blanda
emprende un vuelo
sin retorno,
la espuma la
envuelve, la hace suya
se detiene el tiempo en mi infinita
soledad,
el mar celoso, oculta
para siempre
el secreto de su
nombre..
Qué bonito Mirta. Celos ciento yo de ti por saber hacer rimas tan líricas. Nunca se que comentar con los poemas, salvo disfrutarlos. Y eso hago compañera.
ResponderEliminar¡¡Muchas gracias Isabel! Qué hermosa sorpresa. Aprecio que te gusten mis versos. Me agrada mucho la poesía, y lo intento. Abrazo.
EliminarY qué buena foto, ¿de dónde es esa cala tan preciosa?
ResponderEliminarSiempre pongo fotos de las calas de la Costa Brava..que la tengo muy cerquita..
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