El país donde
quisiéramos volver
ya no existe,
lo perdimos en el intento
de construir el país
donde queríamos vivir.
El país donde
quisiéramos volver
ya no existe,
lo perdimos en el intento
de construir el país
donde queríamos vivir.
Reseña
Gwen, una joven estudiante de secundaria que ha sufrido la reciente muerte de su madre, pasa los días con sus amigos en Morlaix, un pequeño pueblo en la Bretaña francesa.
A mitad de curso llega Jean-Luc, un parisino sofisticado, culto y magnético por el que Gwen se sienta atraída. El conflicto está servido.
Morlaix es la octava película de Jaime Rosales, el director catalán que en 2007 ganó dos premios Goya a la mejor película y al mejor director con "La soledad".
La localidad de la Bretaña francesa sirve de escenario y da nombre a la película; se llama Morlaix y está atravesada por un río y por un viaducto. Entre uno y otro, sus calles y su hermoso paisaje destilan esa triste lentitud de la vida de provincias que resulta tan propicia para el amor adolescente.
El director explora en este film temas que son inherentes a la juventud, el amor, el vacío, la muerte, la felicidad..
Con una hermosa fotografía filmada en algunas escenas en blanco y negro.
Se necesita que sepa hablar y callar,
sobre todo que sepa escuchar.
Tiene que gustar de la poesía,
de la madrugada, de los pájaros, del sol,
de la luna, del canto, de los vientos
y de las canciones de la brisa.
Que sepa conversar de cosas simples,
de lloviznas y de grandes lluvias y
de los recuerdos de la infancia.
Se precisa un amigo para no enloquecer,
para contar lo que se vio de bello y
de triste durante el día, de los anhelos
y de las realizaciones,
de los sueños y de la realidad.
Debe gustar de las calles desiertas,
de los charcos de agua y los caminos mojados,
del borde de la calle, del bosque después de la lluvia,
de acostarse en el pasto.
Se precisa un amigo que diga que vale la pena vivir,
no porque la vida es bella, sino porque estamos juntos.
Que nos palmee los hombros,
sonriendo o llorando,
pero que nos llame amigo,
para tener la conciencia de que aún estamos vivos.
VINICIUS DE MORAES (Fragmento).
Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas
lo mismo que un árbol
que en tiempos de otoño
se queda sin hojas.
Al fin la tristeza es la muerte lenta
de las simples cosas
esas cosas simples
que quedan doliendo
en el corazón.
Uno vuelve siempre
a los viejos sitios
donde amó la vida
y entonces comprende
como están de ausentes
las cosas queridas.
Por eso muchacho, no partas ahora
soñando el regreso,
que el amor es simple
y a las cosas simples
las devora el tiempo.
Demórate aquí
en la luz mayor de este mediodía
donde encontrarás con el pan al sol
la mesa tendida.
Por eso muchacho, no partas ahora
que el amor es simple,
y a las cosas simples
las devora el tiempo.
Uno vuelve siempre a los viejos sitios
donde amó la vida.
Autores: César Isella / Armando Tejada Gomez.
Drama basado en hechos reales. Directora: Icíar Bollaín. Fotografía: Gris Jordana
Narra la historia de Nevenka Fernández concejala de Hacienda en el Ayuntamiento de Ponferrada que el año 2000 con veinticuatro años se convirtió en la primera española en llevar a un político influyente y popular ante los tribunales por acoso sexual y laboral.
El film plantea una reflexión sobre el acoso, una telaraña donde se introduce al espectador en una serie de engaños y abuso de poder por parte del político y la paralización y la angustia que sufre la joven.
Premio Goya mejor actor de reparto Urko Olazabal como Ismael Álvarez - Cuatro nominaciones Premios Goya, mejor actriz Revelación, mejor guion y mejor fotografía
Una película que te mantiene en vilo todo el tiempo. Para no dejar de ver.