En
un tiempo fuimos inmortales,
nos
daba igual mucho azúcar y café
no
teníamos prisas, ni temores
los
pájaros volaban por volar
los
árboles en primavera florecían
así
era, por qué habría de cambiar
bailar, disfrutar, era lo nuestro,
tendidos
al sol
malgastábamos
el tiempo,
teníamos
de sobra
quién
nos diría lo contrario
los días eran de colores
para
qué preocuparnos,
en invierno hacía frío, mucho frío
en
el verano contábamos estrellas
en
las noches perfumadas por la luna.
La
vida nos perdonó muchos errores
pero un día vistió traje y corbata,
la
falda se estiró hasta las rodillas,
nos
miramos muy atentos al espejo
él nos dijo: ¡Cuidado con el tiempo!
que
es un señor muy serio y no le gusta
que
lo despilfarren como así a vuestro antojo.
Nos
informaron que aquello de inmortales
no contaba, había caducado,
como
niños buenos lo aceptamos
¡Qué
remedio!
No
hemos perdido nuestras picardías,
pero
vamos con algo de cuidado,
no
vaya a ser que en esta travesía
cualquiera
se descuelgue distraído.
¡Disfrutad,
cantad, gozad amigos míos!
cada
día es una aventura inesperada,
la
vida es el regalo más preciado
y
nos fue dada solo para honrarla.
Si gustas puedes dejar un comentario, tu opinión es importante para mí.
El tiempo pasa tan rápido que nuestros días son nuestros máximos tesoros. Pararse a pensar que se quiere hacer con nuestra vidas,... Hay que ser valiente para hacer lo que uno cree y querer ser quien quiere ser.
ResponderEliminarMe ha encantado!
Muchas gracias por tu tiempo. Sí, de acuerdo contigo, hay que disfrutar cada día y ser uno mismo siempre. Saludos.
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