El mar, siempre ...
Te miro, y ahí estás dueño y señor,
tan azul y bello como siempre,
solitario, en una soledad tan fascinante.
puedo escuchar en el murmullo de tus olas
que extrañas las risas de los niños,
las promesas de amor, los atardeceres tibios,
que a veces sientes furia y te estremeces.
renacerás con las
risas bulliciosas
de los jóvenes
enamorados
y de los niños
jugando
quédate así,
besando tu orilla,
en ese dulce
vaivén y espera...
Te miro, y ahí estás dueño y señor,
tan azul y bello como siempre,
solitario, en una soledad tan fascinante.
puedo escuchar en el murmullo de tus olas
que extrañas las risas de los niños,
las promesas de amor, los atardeceres tibios,
que a veces sientes furia y te estremeces.
renacerás con las risas bulliciosas
de los jóvenes enamorados
y de los niños jugando
quédate así, besando tu orilla,
en ese dulce vaivén y espera...
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